La creación de un Entorno Virtual de Aprendizaje surge a partir de una necesidad que se evidencia en una institución educativa. Ya sea con respecto al trabajo que se desarrolla en el aula de clases, la práctica pedagógica o la gestión administrativa, un EVA siempre es desarrollado con la intención de mejorar un proceso (Lizcano y Chinchilla, 2013).
Con respecto al trabajo en el aula de clases muchas veces los docentes evidencian que los estudiantes no se sienten motivados para relacionarse con los contenidos académicos obligatorios en determinada área, esto debido a que consideran monótona y rutinaria la manera en la que estos suelen ser presentados. Se suele relacionar esta desmotivación con la implementación de modelos pedagógicos tradicionales que se perpetúan en gran parte de las instituciones colombianas (Lo Giudice, 2021), por lo que los Entornos Virtuales de Aprendizaje han surgido como una alternativa para dar un giro a estas metodologías y proponer estrategias innovadoras a través de las cuales sea posible cambiar la perspectiva del estudiante y encontrar nuevas formas de relacionarse con el conocimiento.
En lo que concierne con la práctica pedagógica del docente hoy en día muchos de estos deben abarcar gran cantidad de contenidos temáticos para diferentes asignaturas en múltiples grados de la institución, por lo cual, estos se ven obligados a manejar grandes volúmenes de información que suelen ser presentados a los estudiantes de manera tediosa y poco llamativa. Por otro lado, este material pedagógico tradicional suele ser desactualizado y no se ajusta a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes e la actualidad, quienes demandan metodologías más didácticas e interactivas. Así, los EVA se han convertido en las herramientas preferidas por los educadores para gestionar su práctica y convertirla en un ejercicio más holístico y adaptativo (Pastora y Fuentes, 2021).
Finalmente, con relación a la gestión administrativa los EVA han sido creados con la finalidad de eliminar los procesos burocráticos y el papeleo en las instituciones, y mediante estos espacios virtuales ha sido posible agilizar el registro de calificaciones, planillas de asistencia, hojas de vida disciplinarias de los estudiantes, y por otro lado, han funcionado como canales de comunicación entre los padres, docentes y directivos de la instituciones, abriendo posibilidades para que la tecnología sea el principal medio de interacción entre los actores de la comunidad educativa (Carrillo, 2018).
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